Tras voltear mi cabeza hacia mi espalda para tener un panorama de mi condición me di cuenta que esas enormes alas que creía tener no eran mas que solo algunas plumas sin fuerza luchando por mantenerme a mi en cuerpo y alma en lo alto.
Desesperada por encontrar una solución a mi problema en la altura, mi mente se metió en un mundo totalmente abstracto lleno de preguntas sin respuestas y de ideales prometidos que me llevaban una y otra vez a la mismísima nada. No lograba entender por que a mi, por que de repente mis alas se habían desvanecido junto con su fulgor dejándome por los aires con otras que ya ni fuerza tenían que ya ni confianza me generaban.
Pude sentir el frió helado por mi piel que me erizaba la sangre, mis movimientos eran inútiles para combatir la presión del aire allá arriba. Estaba sin pensarlo, en caída libre hacia lo llano del paisaje.
Sumergida en miedos, tristezas y rencores de la vida - esa que se aferro a mi y me dejo atrás sin pensarlo- tome la dura decisión de no resistirme, de no luchar mas. ¿Para que hacerlo? ¿Con que sentido si ya nada serviría ..Me entregue entonces al fin de mi destino: respire profundo, estire mis brazos cuanto mas pude para dar paso a mi despedida, sintiendo como cada lagrima que salia de mis ojos llegaban a mi ser.
Mi mente me remonto a los momentos felices, esos que, por mas gris que estaba la situación ,no podían salir de ella ni ser dejados atrás Me costaba mucho la idea de un fin, de un cierre total de la historia de mi vida, pero la suerte ya estaba echada, era mi destino.
Tome la ultima bocanada de aire, mantuve mis ojos cerrados con la ultima fuerza que mi cuerpo poseía y comencé a caer cada vez mas rápido por el cielo. Este era mi fin...
De repente sonó el despertador, ya era de mañana. Todo parecía normal, mis alas...esas alas tan maltrechas ya no estaban en mi espalda, no habían dejado rastro alguno. Mi vida estaba en su lugar, con mucho perdido y ganado, pero seguía ahí -no me había abandonado después de todo, ¡¡y yo que tanto la juzgue!!-, me levante de un salto totalmente decidida a dejar atrás esas penas que tanto mal me hicieron, que tanto me apresaron. Esa pesadilla me había dejado un sabor amargo que no quería repetir, un sentimiento de una herida latente que amenazaba con volverse a abrir a cada paso que daba.
Me mire al espejo con ansias de cambiar, de crecer, de volver a sentir; de nada hubiese servido entonces tal experiencia en los aires si yo no aprendía nada, algo tubo que quedar ya que sin embargo, pese a todo, sigo acá.
Me mire al espejo con ansias de cambiar, de crecer, de volver a sentir; de nada hubiese servido entonces tal experiencia en los aires si yo no aprendía nada, algo tubo que quedar ya que sin embargo, pese a todo, sigo acá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario