a este caminar rápido,
cíclico, de nuestro tiempo;
ni a esas charlas de té
con tazas manchadas
de rouge, de chimentos.
A esos ojos marrones,
con los que me miras
tampoco les pertenezco
o a ese hogar
que sin ser hogar
me envuelve y me llena
...de lamentos.

ni aquí, ni allá
sola voy, así me siento;
quizá solo al viento
que erosiona mi camino,
al libro viejo en mi estante
o al pulso nervioso de mis manos
pertenezco.
Fénix-Mars
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