viernes, 30 de mayo de 2014
jueves, 29 de mayo de 2014
Pasaron los días y no podía evitar sentirme tan frágil, pequeña o así como uno se siente acorralado en un rincón jactándose que su adultez no era mas que un disfraz. Me daba cuenta de mi error, claro que lo hacia (jamas negué mis defectos) pero no podía hacer mas que esperar.
Los minutos que se hicieron horas comenzaron a hacer notar la despedida de los pájaros; el tiempo, abismal monstruo, se burlaba de mi: cada vez mas parecía encerrarme en ese reloj junto con el para resonar en mi cabeza el tic-tac recurrente de su danza cíclica.
No podía evitar ahogarme con la sensación de sentir el abrazo que mas necesitaba pero que no podía tener.
Decidida, me levanta de la cama y eché un último vistazo al panorama de esos hilos de noche que comenzaban a tejerse fuera de la ventana.
Al fin y al cabo,me dije, nos conformamos de instantes que suceden y de otros que esperan acontecer, mas allá de eso no podemos seguir: somos pasado, presente, futuro anclados en un constante y rotundo andar que busca llegar a ese destino que soñamos... ese destino en ese momento, en esa habitación eran tus brazos.
Fénix-
Los minutos que se hicieron horas comenzaron a hacer notar la despedida de los pájaros; el tiempo, abismal monstruo, se burlaba de mi: cada vez mas parecía encerrarme en ese reloj junto con el para resonar en mi cabeza el tic-tac recurrente de su danza cíclica.
No podía evitar ahogarme con la sensación de sentir el abrazo que mas necesitaba pero que no podía tener.
Decidida, me levanta de la cama y eché un último vistazo al panorama de esos hilos de noche que comenzaban a tejerse fuera de la ventana.
Al fin y al cabo,me dije, nos conformamos de instantes que suceden y de otros que esperan acontecer, mas allá de eso no podemos seguir: somos pasado, presente, futuro anclados en un constante y rotundo andar que busca llegar a ese destino que soñamos... ese destino en ese momento, en esa habitación eran tus brazos.
Fénix-
miércoles, 28 de mayo de 2014
Realidad
Aquí sentada
arboles detrás, paredes frías
edificios de espejos
que destiñen el cielo;
hojas muertas, desparramadas
como los pensamientos.
No busco que cambien
lo que ya es su realidad
su ritmo ajeno.
Busco el pensar
de esta masa
retorcida, distante
que se asfixia
entre relojes y leyes
Fénix-
arboles detrás, paredes frías
edificios de espejos
que destiñen el cielo;
hojas muertas, desparramadas
como los pensamientos.
No busco que cambien
lo que ya es su realidad
su ritmo ajeno.
Busco el pensar
de esta masa
retorcida, distante
que se asfixia
entre relojes y leyes
Fénix-
martes, 27 de mayo de 2014
Tormenta
Eramos el paisaje, entremezclado con algo tuyo y algo mio en el ambiente.
Me mirabas perplejo, como si hubieras encontrado algo en mi que atesorar. Te mire unos minutos en silencio, mas no pude dejar de observar el anhelo de tus labios por tocar los míos en un intento de acariciar lo mas profundo de nuestras almas.
El tiempo parecía querer escurrirse entre tantos suspiros de cielo, por lo que consciente de ello, no podía dejar que pasara.
- ¿Alguna vez sentiste como si algo te empujara al otro extremo de la tierra, te absorbiera y te ves parado frente a una inmensidad, quedando como algo tan pequeño, desprotegido...? pregunté, como quien pregunta el eterno existir y devenir de la vida.
No pudiste evitar sonreír como usualmente haces cuando mi alma revolucionaria aparece, y algo quizá tierno, quizá doloroso se hizo eco en tu voz: Te amo
Una vez en mi camino, presa de la ultima pregunta que aconteció, pude entender tu respuesta:
pues claro, lo sentís todos los días como yo lo siento: al verte, al tocarte, al sentirte y compartir cada risa como un juego de niños, pero así también nos hundimos en un mar en donde de a ratos las tormentas nos moldean hasta soltarnos de nuevo para pasar a una pasividad absoluta donde otra vez todo sigue en su lugar salvo nosotros con pequeños trozos alternados y hasta tal vez desprendidos.
He aquí la comprensión del dolor de tu enunciado.
(Comenzó la tormenta)
Fénix-
Me mirabas perplejo, como si hubieras encontrado algo en mi que atesorar. Te mire unos minutos en silencio, mas no pude dejar de observar el anhelo de tus labios por tocar los míos en un intento de acariciar lo mas profundo de nuestras almas.
El tiempo parecía querer escurrirse entre tantos suspiros de cielo, por lo que consciente de ello, no podía dejar que pasara.
- ¿Alguna vez sentiste como si algo te empujara al otro extremo de la tierra, te absorbiera y te ves parado frente a una inmensidad, quedando como algo tan pequeño, desprotegido...? pregunté, como quien pregunta el eterno existir y devenir de la vida.
No pudiste evitar sonreír como usualmente haces cuando mi alma revolucionaria aparece, y algo quizá tierno, quizá doloroso se hizo eco en tu voz: Te amo
Una vez en mi camino, presa de la ultima pregunta que aconteció, pude entender tu respuesta:
pues claro, lo sentís todos los días como yo lo siento: al verte, al tocarte, al sentirte y compartir cada risa como un juego de niños, pero así también nos hundimos en un mar en donde de a ratos las tormentas nos moldean hasta soltarnos de nuevo para pasar a una pasividad absoluta donde otra vez todo sigue en su lugar salvo nosotros con pequeños trozos alternados y hasta tal vez desprendidos.
He aquí la comprensión del dolor de tu enunciado.
(Comenzó la tormenta)
Fénix-
jueves, 22 de mayo de 2014
Perfume
El perfume dulce
de tu cuello
mi nariz guarda,
así como mis manos
el calor de tus dedos
enlazados a los míos.
Siento el picor
de esos días,
el sol siempre en mi pecho:
sol que me baña
en pensamientos tibios
como tus labios;
labios que desnudan
la timidez, la debilidad;
debilidad que alborota
las incertidumbres
del espacio-tiempo;
tiempo que con gusto te entrego
a cambio de una sonrisa...
sonrisa eterna.
Fénix-.
martes, 20 de mayo de 2014
De trofeos y medallas
Un viaje en tren, ese que se repite de noche, de día, ¿Qué mas da?. Ahi esta el, alternando sentimientos para luego volver con algo que late en las manos y ser colgado en su maltrecha pared: trofeos de lo que sienten otros.
Tarde se da cuenta que sus besos se borran con facilidad como las caricias de ese sol que aparece a la mañana y piensa, que podría haber callado la ternura que existio junto con el entusiasmo de un sentimiento que yace ahora frustrado, ahogado en esa copa de vino blanco que abrazan sus dedos fríos.
Es así donde las palabras dichas se desarman en este otoño, en donde no solo caen las hojas sino todo lo que alguna vez alguien espero.
La culpa corroe, si, bien adentro aunque al fin y al cabo el ganador esta aquí presente, no hay mucho mas que retorcer solo apartarse del camino.
Es tiempo de irse...
Frío, repugnante, insensible deja atrás el cuarto que guarda bajo llave lo que late pero que por un tiempo no lo hará pensando que quizás algún día los trofeos y medallas serán reclamados o dormirán para siempre en ese estante, en ese clavo, en su pecho...
Fénix- Mars
Tarde se da cuenta que sus besos se borran con facilidad como las caricias de ese sol que aparece a la mañana y piensa, que podría haber callado la ternura que existio junto con el entusiasmo de un sentimiento que yace ahora frustrado, ahogado en esa copa de vino blanco que abrazan sus dedos fríos.
Es así donde las palabras dichas se desarman en este otoño, en donde no solo caen las hojas sino todo lo que alguna vez alguien espero.
La culpa corroe, si, bien adentro aunque al fin y al cabo el ganador esta aquí presente, no hay mucho mas que retorcer solo apartarse del camino.
Es tiempo de irse...
Frío, repugnante, insensible deja atrás el cuarto que guarda bajo llave lo que late pero que por un tiempo no lo hará pensando que quizás algún día los trofeos y medallas serán reclamados o dormirán para siempre en ese estante, en ese clavo, en su pecho...
Fénix- Mars
domingo, 11 de mayo de 2014
sábado, 10 de mayo de 2014
Pertenezco (no)
No pertenezco
a este caminar rápido,
cíclico, de nuestro tiempo;
ni a esas charlas de té
con tazas manchadas
de rouge, de chimentos.
A esos ojos marrones,
con los que me miras
tampoco les pertenezco
o a ese hogar
que sin ser hogar
me envuelve y me llena
...de lamentos.
No pertenezco
ni aquí, ni allá
sola voy, así me siento;
quizá solo al viento
que erosiona mi camino,
al libro viejo en mi estante
o al pulso nervioso de mis manos
pertenezco.
Fénix-Mars
a este caminar rápido,
cíclico, de nuestro tiempo;
ni a esas charlas de té
con tazas manchadas
de rouge, de chimentos.
A esos ojos marrones,
con los que me miras
tampoco les pertenezco
o a ese hogar
que sin ser hogar
me envuelve y me llena
...de lamentos.

ni aquí, ni allá
sola voy, así me siento;
quizá solo al viento
que erosiona mi camino,
al libro viejo en mi estante
o al pulso nervioso de mis manos
pertenezco.
Fénix-Mars
Igual de revés
Suscribirse a:
Entradas (Atom)