Pequeño observador, trotamundos, voy descubriendo pasito a pasito la enormidad que me rodea. Todo me da curiosidad, y al correr de los años lo que me atemorizaba ya no es tal por lo que puedo acercarme a mucho sin sentir que voy a salir lastimado.
Anuncio los rayos de sol del comienzo del dia, CANTO, bailo, me zambullo con mis alas en cualquier océano así también como en cualquier pozo de tierra. Siempre salgo, divertido, mis alas tienen fuerza.
En las primaveras suelo mezclarme con las hojas, salto de rama en rama entonando las mas lindas melodías, quizá enternezco corazones o genero molestias. Siempre hay un intolerante a la deriva.
Y te pregunto a vos que estás leyendo esto, acaso no te sentís identificado? Todos somos parte de lo mismo, todos vivimos similares sucesos y solo marca la diferencia cómo son tomados.
Desde que llegué a este mundo me esfuerzo por descubrirlo, solo que en vez del pájaro poseo una línea de tiempo, un pasado, presente y futuro que hacen que a veces desvie mi mirada de ese todo de afuera. Siento enorme curiosidad por eso no solo basta con saberlo, quizá el hecho más importante es vivirlo.
¿Nunca te lanzaste de un precipicio con los ojos cerrados?
Así voy entremezclando, viviendo, el miedo se esfuma cuando ya sabemos que no se corre peligro, el miedo crece ante la duda, el miedo inspira, transgrede. Un ave se aventura por los cielos sin saber volar pero sabiendo que puede hacerlo.
Está en cada uno, las alas pueden aparecer siempre que lo queramos.
Me sumerjo en agua de lluvia, como mis lagrimas, que lavan mi cuerpo para un nuevo comienzo, me hundo en mi propia tierra cada vez que quiero volver en mi o mi tumba me encontró antes que yo a ella. Siempre salgo, tengo fuerza.
En las primaveras me tiño de colores, me asemezco a las flores que me rodean, salto de rumbo en rumbo, siempre cantando, siempre bailando, un poco lento, un poco rápido pero siempre viva.
Fénix Mars
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