Me veo envuelta en dudas tristes, en ojeras que no descansan y un cuerpo casi apagado. Pareciera que esta primavera no se quiere asomar. Veo como el sol me envuelve sin que lo sienta aunque aveces me asfixia.
Todo pasa por dentro, me vuelvo piedra.
Me aferro a la luz mas pequeña, a esa estrella que elegí por entre todas y que me cuesta soltar, o pensar en siquiera hacerlo. No aguanto mi desamor.
Todo lo que llenó se vació asi de rápido, como si el tiempo se licuara de nuestras manos para perderse en el pavimento, en las pisadas de esos que no ven más que sus pies en el camino. Soy, y somos, lo mismo: dos caras de una moneda que prefiere girar y girar, nunca descansar al caer.
Me hundo en vos, te traspaso, choco contra todo y sigo; sigilosamente sigo. Mi pecho grita con esos últimos alaridos que me quedan que prefiero seguir asi, al traspasarte, y la respuesta es muy simple: sigo agarrada a una cuerda, una que me lleva a una estrella que elegí entre todas y que por más que la suelte, siempre sera mía, siempre abrazaré el amor.
Fénix Mars ~
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