Imágenes reproducidas en colores tenues, celestes, azules oscuros, cometas.
Un discurso de amor eterno, amor poético, amor como arte en todos sus sentidos.
Maravilloso sentir entremezclado con angustia y desesperación que lo mueve, lo forma, lo seduce;
tan mágico como maldito.
Maldito amor, que nos hace tan susceptibles a la luz como a la sombra, a naufragar hasta que el mismo océano no pueda saciarnos aunque ya lo haya hecho
Maldito amor que sacude los pechos de los protagonistas hasta atraerlos una y otra vez, en un circulo vicioso de cartas rotas como rosas que se marchitan pero que también florecen.
Cielos rosados se presentan entre palmeras de sol, de manos tomadas para nunca ser soltadas pese a que en algún momento el monzón del tiempo lanza su avalancha haciendo que los amantes se aferren no más que a ellos mismos.
El trato esta cerrado, entre diferentes espacios se danza hacia un París de ensueño, en donde las miradas se encuentran como los gestos en silencio.
Maldito amor que relame las heridas de un cuerpo desteñido en el ajetreo de los días,
esos en los que el anhelo no hace mas que unir.
Maldito amor que disputa el tiempo que solo debería ser plasmado en arte y filologías, en besos y caricias pronunciadas al viento que siempre lo vuelve a traer una vez quebrado.
Fénix Mars-.
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