jueves, 14 de agosto de 2014

Dormitando

Me hundo en esta almohada de sueños, despertares e insomnios también. Mañana abriré mis ojos  ingenua al pedazo de cielo que se posará sobre mi para vigilarme de cerca, aunque lejos lo perciba pero no ingenua a la presencia que llena el espacio hace tiempo, mi tiempo,  la tuya.
Increíble saber que ya no codicio la luna como antes, que inclusive cada paisaje añorado no es más que una bella pintura en la pared de mi cuarto y que los versos, se transformaron en poemas,  dedicados a tu naturaleza aun más viva que la que suele cubrir el mundo.
Me desvelo, tus besos, tu cálido ser... 
Cuando pensé que no necesitaba mas aventuras para salir de este cuento, apareciste entre la voz entrecortada de mi narrador omnisciente y giraste la trama de este personaje principal que  quería  cerrar una historia, vaya a saber como, de su valor, de su infortunio, de su asolada y agitada persona.
Hoy el mismo yace entre las manos de alguien que no esperaba más que su entrega fuera bien recibida.
Y caigo en un profundo pero dulce letargo porque recibí lo que debía para no dejarlo ir, para atesorarlo entre mi alma, entre mis versos, entre las pinturas de tu paisaje...
Suspiro, me duermo al fin.

Fénix Mars-.


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