El sol golpeaba más que nunca hoy, y eso que estamos en un principio de invierno. Decidí sentarme a su vista, solitaria, para dejar que su enteridad hecha halos de luz me diera un poco de lo que perdí en estas últimas semanas.
Mientras acariciaba el lomo de mi fiel compañero dorado pensé en hacer un viaje para calibrar un poco la caja ruidosa que se alza sobre mis hombros. Algo simple, no pedía mucho, serian las montañas las que me abrazarían inundándome de vientos de cambio o quizás el mar con su bravura rompiendo en mi y desarmando lo que queda para después volver a reconstruirme.
Sorbo a sorbo del mate ya casi tibio, comencé el viaje así , sentada en el patio delantero de la casa de mis padres.
No necesitaba subirme a un micro y partir, bastaba con recordar cada instante vivido hace años atrás: el viento fuerte dentro de los bosques de Córdoba o Bariloche, los caminos rodeados de verde pino, mi mirada puesta en los cielos sin nubes como el de este día que me hacían sonreír el alma, una caminata a caballo, un carnaval colorido y las excursiones en familia. También recordé las mañanas llenas de arena por todos lados, el olor a sal en el aire, la espuma juguetona de mi infancia en las calles de Mar del Tuyú, las tardes a puro centro metiéndome en cada librería existente o encontrando un huequito creado para mi en donde pasaba rato leyendo , pensando, leyendo, pensando lo construido hasta ese entonces.
Me levante al rato de mi asiento totalmente llena, mas aliviada al sentir la tranquilidad por haberme sumergido en tal trance. Pensé en esa inscripción en una de las paredes cercanas al anden de Banfield que enuncia "Somos instantes", un mensaje de alguien que me hizo pensar en que ese seria el titulo de algo que algún día escribiría.
Esos instantes pueden ser malos o buenos pero hacen a nuestra persona, nos llenan, nos trasladan, nos invitan a repasar lo que necesitamos para volver al camino de siempre (y yo que pensaba que me había alejado un poco).
Somos instantes de mañanas que florecen, de nubes grises que traen lluvia, de soles que deciden apagarse y prenderse, de noches que vigilan nuestro insomnio, de subidas, bajadas, de carcajadas y desencuentros. Somos instantes de una lista infinita según cada persona que camina en este mundo pero siempre volviendo al sentido mas general de la frase somos instantes de vida.
Fénix Mars.-
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