Era un día más de este invierno poco común, bipolar, al fin libre de tantos quehaceres responsables que decidí tener en este último tiempo para avanzar de a poco (aunque no se si estoy escalando o cayendo cada vez más).
Me encuentro en mi cuarto, ese que empecé a armar hace medio año, cubierto de imágenes, recuerdos, libros; sentada entre mi música, mis escritos, mis leales pasiones que ahora tienen que esperar un poco para salir. Suena una canción de Oasis y no puedo evitarlo, te pienso en los últimos días cálidos de verano antes de que el otoño comenzara a formar el inicio de los días fríos que acompañaban al sol. Es así como nos extraño.
Eramos dos que empezaban a aventurarse en un desconocido ser, con tanta inocencia, con tanto entusiasmo; siempre con muchas preguntas para hacer e historias completas para contarnos. Comenzábamos a leernos, a interpretarnos, para darnos cuenta de que lo que palpábamos a simple vista era lo que necesitábamos del uno, del otro. Compartir se convirtió en caminar de la mano, caminar de la mano se convirtió en un beso de despedida, y ese beso de despedida paso a ser entregarnos como si nunca lo hubiéramos hecho.
Nunca pudimos entender que sucedió, aunque creo que no queríamos entenderlo. Las cosas resultan más llevaderas cuando las hacemos a un lado y continuamos, hasta que nos damos cuenta que nos alejamos bastante del camino o inclusive alejamos a lo que hacia que andar tuviera la pisca de disfrute que se necesita.
"No quiero pensarlo más, no quiero dejarte ir más" es lo único que resuena en mi cabeza cada mañana, en cada comienzo que me aleja de vos.
La vida me enseño a ser de muchas formas, aunque nunca dejo de ser verdadera. Así como llevo una mochila para todos lados, inconscientemente llevo una coraza que es difícil de dejar. Ahora estoy así, acorazada, con matices tristes y otros rabiosos, aveces quiero dejarte entrar, aveces no puedo por más de que es lo que intensamente desee en todo el universo.
Y me miras, serio, me miras y decís "te conozco, se lo que estas pensando y no es así, te estas cerrando"; me cierro, me entierro en un sin fin de dudas y miedos, pero veo que realmente aveces podes descifrarme. Logré entender hace unos días que podría seguir si así lo quisieras, si no fuera demasiado tarde. Logre entender que como fénix puedo renacer una y otra vez, de tanto mal, de tanto doler, pero el fuego nunca es el mismo y, para serte sincera, el mio es el más fuerte que tuve hasta ahora...solo por vos.
Fénix Mars-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario