viernes, 11 de julio de 2014

Hasta luego

El olor a tierra mojada invade las rutas, las gotas ascienden sobre el vidrio en este viaje de vuelta. 
Acababa de dejar atrás un hogar cálido, reconfortante que la abrazo estos últimos días para volver al ruido ensordecedor de la ciudad, esa tan querida Buenos Aires . Acababa de dejar atrás la compañía que pudo darle, él, que se mostrará incondicional en la distancia con cada día que pase.
Nunca fue ni sera buena para las despedidas, sin embargo sabrá al mirar sus ojos el aprecio que guarda, que llevará consigo con ansias de que el espacio y el tiempo conjuguen lo suficiente para que las charlas, las risas, la complicidad sea manifestada fuera de un texto. 
Tampoco es buena para los abrazos, ni los últimos "Te quiero", pero los mismos quedan sellados en sus pechos siempre dispuestos a volverse a juntar.
No podía evitar que las lagrimas brotaran de sus ojos (sentir esa congoja por lo no dicho) hasta que kilómetros más adelante el cielo se abrió para dar paso al sol que marco un antes y un después en el camino. Maravillada por el hermoso día que apareció ante ella, llego a la conclusión de que el cielo es como la vida misma: hay días grises que traen lluvia que nos sepultan en la tierra con el caer de las gotas; otros días nos dejamos llenar por la calidez del cielo, de las flores, del aire puro que rodea el ambiente y vemos así como pasan las estaciones, en donde en algunas, las hojas caen como nosotros para luego volver a crecer.
Sumida en ese instante de tranquilidad repentina pensó para si-"Este es un adiós que se transforma en un hasta luego" y entonces esta es su forma de decirle que lo extrañara más que nadie en este invierno,así también, los próximos que vengan.

Fénix Mars-







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