miércoles, 10 de diciembre de 2014

El Vuelo

La lluvia simplemente no llega a saciar el desierto en la habitación continua, ni siquiera el más inhóspito de los granizos podría resquebrajar el cielo de esta noche.
Me empapo las sienes de sensaciones, recuerdos con sabor a almíbar que bajan lentamente hasta llegar a mis pies y escapan, se tiran de la cama  en una huida eterna. 

Recostada, observando el techo, no me canso de pensar en los ruidos del ambiente que enmudecen mis razones, mis miedos y mis sonrisas.
Un ventilador allá, una nube de sal encima mio, los gatos que  juegan a descubrir el mundo entre las sabanas hasta que  encuentran este cuerpo hilvanado de jazmines, de gotas de roció suaves que se comparten, que se sumergen entre los viajeros en celo que aun no se encontraron.
Me consumo con cada suspiro de otoño, con cada abrazo distante que mi alma se permite sentir.
Vuelo entre cada palabra dibujada, entre los versos que escribo y que lloro sin pensar.
Nadie, jamas, se dará cuenta de cuanto abismo hay en este mar de posibilidades y nadie, jamas, sabrá que a el me he arrojado hace tiempo. 

Vuelo libre, esperando los renaceres de las flores, vuelo libre a la vuelta de los besos que endulzan más de lo que deberían.

Fénix Mars




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