Baja la noche a mi encuentro,
sentada entre las miradas ajenas
formo las mas bellas figuras.
Prendo el último cigarrillo que queda,
lo hago bailar entre mis dedos
así como se mueven las ideas.
No quiero pensar un minuto más
solo importa mi persona,
aquel desmedido desvelo.
aquel desmedido desvelo.
Me río lejos de mis miedos,
desnudo el sol de mi sonrisa
para así ver de nuevo.
Florezco en esta angustia,
decidida a acabar con lo nublado
del cielo, de la noche, de mi pecho;
del humo que rodea mi cuerpo.
Pitada tras pitada,verso tras verso
ya no se confunde el escenario.
Hablemos, ahora si,
quizás pueda intentarlo
quiero gritar aquello que quedó adentro
lo que no se va y que siempre callo.
Fénix-.
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