casa vacia

En las paredes retumba el  silencio
o tal vez alguna imagen distante ya
o tal vez no
la casa está vacía.
Afuera solo hay incertidumbre,
por dentro la imaginación.
Cuantos recovecos vacíos?
cuantos cuartos llenos de lo que no está hoy?.
Una ventana desde arriba, me llama,
me invita a su centro.
será que siempre quise llenar el agujero?,
será…
el polvo se descascara con el movimiento,
una leve brisa sale de las cortinas,
en las paredes retumban las  voces;
o tal vez una hoja en blanco,
o tal vez no.
la casa está vacía,
afuera estoy.
en movimiento.

Erdam

 

Me imaginaba…
los días pasaban en un letargo de celestes  cielos inmaculados, olor a pino y Jazmín.
Ramas quebradas debajo de mis pies, mi silueta ahora estaba completa acaparando el frondoso bosque en tan solo mis manos. El aire, tibio, garabateaba con mi pelo sensaciones de todos los tamaños, de todos los sabores conocidos y de aquellos que solo llegue a rozar con la punta de mi lengua. Me había vuelto una con la montaña. Tan alta, tan precisa, los rayos de sol acariciaban mi vientre desinflado,tratándolo de amoldar a aquella forma, que ya no conocía los mismos parámetros.  Mis estrías se confundían con las raíces de los árboles que bordeaban al rio, persiguiéndolo para no perderlo de vista pero dejándolo libre, a su vez.
El nido estaba lleno.
Me imaginaba, el universo entero hechizando el bosque, haciéndolo parir una nueva constelación, única e irrepetible. Acaso nunca pensaron que las estrellas podrían ser hijas de la tierra? Puestas a lo alto para ser adoradas, enviando luz a lo  bajo para que nunca se oscurezcan las planicies, para que siempre haya un sendero luminoso esas noches en las que creemos no poder retornar.
“Lo miro y no lo creo,
 lo siento y lo comprendo” – dice una voz. 
Los pechos al descubierto escupen el néctar más dulce que trae el amor consigo.
Me imaginaba, sin poder siquiera imaginar, cuanto mundo acobija esta montaña, que en épocas heladas sobrevivirá aun sin aliento, que por más que el sol brille todos los días y pase desapercibida, no podrá evitar ser parte del paisaje.

Hermosa, esperanzada, rodeada de bosque eterno verde, montaña;
me imagino, y lo creo, nunca dejaras de ser parte de mí.

“Debajo del hielo siempre habrá una llama mi amor,
habrá una llama para vos
que aunque muy pequeña sea y traten de apagar
siempre se hará grande para llenar de espeso fulgor tu alma.“